12/31/2011

Catarros

Siempre habrá un ellos y un nosotros. Lo llevamos en los adentros que pregonaba mi agüelica. A estas alturas de la película ya no se puede inventar el fuego; cuando quieres gobernar a quince, dos mil o cinco millones de personas el único sistema válido es el de las cosas claras: los malos ellos, que no tienen razones, visten de negro y carcajean siniestramente; los buenos, nosotros, que tenemos razones, tocamos el arpa y sonreímos como angelicos.

Por amargo que suene no se puede vivir fuera de ellos o de nosotros. Porque fuera hace un frío que pela. Y la soledad escarcha el alma. Y la tristeza convence. Y esa santidad eremita la podrán resistir cuatro o cinco elegidos, no seis mil millones de seres. Vale, de acuerdo, pero aún así, hay que salir, mi querido Sancho. Hay que apretar los dientes y saludar al frío. Aguantar hasta que los flecos del alma se congelen. Aguantar hasta que la tristeza sea teletienda. Porque entonces, cuando ya no podamos soportarlo y volvamos a entrar, tendremos la certeza de que no estamos dentro porque adoremos un Dios, amemos una patria o defendamos una idea; porque entonces, cuando los gobernantes ejerzan de gobernantes y pretendan aborregarnos y enfrentarnos con las mismas putas tácticas de cada telediario podremos mirarles a los ojos y espetarles.

—Qué gilipollada me cuentas, chavalote, yo estoy dentro porque fuera hace un frío que se caga la perra.




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3 Comentario:

Mothman dijo...

Preciosa toma de conciencia que me hace llorar de emoción, no tanto por la esencia del estado de las cosas, que tengo bastante cuello abajo, sino por las formas... acabo de aprender una lección que espero no olvidar antes de que llegue el Alzheimer, o los priones,... Gracias por iluminar mi mente, mi corazón, mi hígado y mi estómago.

Saludos

chatnoir dijo...

Si, demasiado frío...

Besos.

emiliano dijo...

nosotros somos el ellos de los otros.

"el único sistema válido es el de las cosas claras"

me gusta mucho.