Así
se apoderan del cielo,
despojándonos del vuelo.
En cadenas de montaje
nos reptilan,
nos harapan a ras de polvo,
neutralizado el riesgo de que corrompamos por heces
las cocorotas de sus estatuas,
mástiles,
Historias de quita y pon.
Búscate donde los aterras,
sé lo no etiquetado,
lo que se les escurre de los dedos
y gotea hacia el cielo.
Y te eleva,
de lo que pesa
te eleva.
Tu carne piensa,
concédele que te desnude.
Y te vuele,
de lo que pesa
te vuele.
.
4 Comentario:
Y volar soltando lastres o alguna que otra pluma...
Besos.
La carne piensa, dale una oportunidad, y a la carne le aterra qué ocurre. Nos aterra, Antero, ¿verdad que nos aterra?. Cuando dice sí, cuando te vuela... Ay, Antero, ¿verdad que sí que nos aterra? Qué miedo da morirse y ser mejor persona...
Que nos vuele pero no de altura en el volar, sino que nos vuele en explosiones de paraguas y dromedarios púpuras que nunca supieron maúllar...
Cuando la carne piensa hay que escucharla, a veces inlcuso hacerle caso a pesar de la catástrofe.
Un beso
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