1/17/2016

Aullamos a la luna porque la luna nos aúlla

Descoyuntó a la madre al asomar al mundo. Macizo costoso, a contrapelo, y los ojos en tajo amarillento igual que las salamanquesas. No se conoce que hablara palabra cristiana. Y cuando la luna guiñaba el firmamento o lo amarraban a una estaca o ajilaba donde los aullidos. A causa de un candado fullero embistió a seis lugareños. El séptimo se salvó porque echó a correr, y porque matar, como cualquier otro oficio, empacha. El librado dio parte a la autoridad, pero no fueron menester las postas de jabalí. Encontraron al feroz por las breñas del Hontanar, panza llena, regoldando entre sueños como los benditos.








Josef Koudelka

1 Comentario:

P MPilaR dijo...

madres, dicen, solo hay tres.
una, por fuerza descuajeringada.
-cerrada por reformas. Razón aquí-

besos