2/07/2017

LO BREVE SI BREVE DOS VECES ABREVIADO (XI)

Amor eterno
Juró jurarte mucho.
Prometió prometerte siempre.




Latifundios
Por mucho que madruguen mis jornaleros no amanece más temprano.




Domingo de aguas
Se pasmó con la lluvia y resignada
maldijo entre dientes otro domingo de aguas.




Qué mal la lleva
Ya no hay rosa que bien llevar.
La pantalla nos alejó la distancia.
Imitamos lo que apenas somos.




Huye para escapar
Tú no piensas; tú estás a favor y en contra de algo.




Ruinas dichas
Revivió una conversación antigua
y supo lo que aquellas palabras callaron
hasta hoy.




Cada sitio en su cosa
Los relojes cubren con sábanas el tiempo.
Vierten pintura sobre el hombre invisible.




Homo caducidad
De la vida que no aleccione el eterno.




Soledad: eres un nombre tan bello entre la gente.




Ningún queso huele como el queso de la ratonera
Saber vivir es, en definitiva, saberse matar.




El origen nos persigue.
Se quedó con nuestro careto.
Sabe la calle dónde vivimos, el bareto en el que olvidamos.
Nos encuentra sin esfuerzo.




Ombligo
Sumidero de lenguas.




Perfeccionista
Cagaba en borrador.




El fantasma que ríe
El niño se agazapó tras la lápida. Esta vez no lo descubrirían.




Los cabos sueltos corren por nuestra cuenta.
Se cernía sobre ellos la felicidad.




Como un niño
que tocara un cadáver
y no supiera nombrar la podredumbre que depositó el bosque,
y solo le adjudicara un olor
y carcajeara
—de tanta peste, como cuando el abuelo se tiró aquel cuesco revenido de viejo
y la abuela lo llamó cochino—
santo.








Kostas Kapsianis

1 Comentario:

P MPilaR dijo...

En esas, pues, y no en otras, andamos:
en saludar eternidades y el vendaval no nos lleve
Entre tanto, cabos son cabos, sueltos o amarrados
a respirarles felicidad***
Bss