6/02/2011

Cena de parejas

Quedamos para cenar el 20 de mayo de 1559, en un figón a las afueras de Valladolid. Cuando Marina y yo aparecimos, Marcos y Trini llevaban dos horas esperando. Y Trini estalló. Que nos parieron sin vergüenza ni consideración, que íbamos a saco paco, por el gusto de fastidiar, pero que ya salimos retratados, que a ella no se la volvíamos a clavar. Yo hubiera apostado el cuello a que les enviamos el mensaje con la hora correcta, pero como Marina se hacía la loca, me disculpé y aguanté el chaparrón. Comimos de mal cuerpo, callados, dedicamos la noche a recorrer la villa, asistimos a los Autos de Fe al amanecer, y solicitamos el regreso.

La despedida con Marcos y Trini fue helada.

—¿Tú no tendrás que ver con lo sucedido, verdad Marina? —le pregunté en nuestra cápsula.
—Se joda esa lagarta.




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4 Comentario:

klee dijo...

cuando un amigo despues de que no lo has visto en mucho tiempo te empieza a echar la bronca, de por que no lo has llamado y se crea en un momento, en vez de una alegria por el reencuentro en una mierda por el mismo.
Si alguien me ha dejado tirado procuro desenfadarme lo mas pronto posible para no joder la noche, ahora bien,se anota el retraso y tiempo al tiempo.

Ada dijo...

Qué malas somos las mujeres.

antero dijo...

qué regulares somos tod@s

Mariela Betania dijo...

Por alguna razón nunca me gustaron esas cenas, hay demasiadas convenciones en eso de salir de a dos, muy de "cita".