9/17/2011

Dolores, la del 4º C

70 años y una lavadora Kelvinator de casi los mismos. El sábado que la enchufa me pide mi ropa sucia y yo, a cambio, acudo a sus SOS domésticos: le muevo el sofá y que barra detrás, le desatasco la cisterna, le instalo la bombona de butano, le configuro el mando de la tele o la aviso cuando programan una de Alberto Closas.

«Que de mocita, con él en mente, me estrené en tentaduras el coño y eso marca a una hembra».

Con frecuencia no son los gallumbos sucios la excusa

«¡¿Te van unas juergas, Coplero?, ¡que ya están liaos!».

Me grita por el patio de luz y allá que me acoplo a su mesa camilla. Ella con su anís. Yo con mis porritos

«Beber a solas agria el vino, ¿a que sí?»

Lija la voz de la Dolores. En serio, deja en carne viva de lo que despelleja. Por eso, cuando cuenta, revive, y yo no quiero que mi Dolores cuente. No quiero que los dolores cuenten.

«Atino con las gentes, y tú eres de ley, tristón, pero no contagioso, cogidos en edades parejas hubiéramos comido migas juntos, porque tú no me habrías puesto la mano encima, para pegarme digo, ¿a que no?».

Le señalo la tele, que a la Belén Esteban se le está hinchando la vena; «yo por mi puta hija mato y tal y tal». Le lleno su copita, me rulo otro canuto y nos descojonamos.




.

4 Comentario:

Sarco Lange dijo...

Por favor déjame darte mi mano y apretar la tuya. Fui tu personaje.

Abrz.

Charcos dijo...

como siempre me emocionas tanto, hay tantas dolores .... tantas

besicossss

karmucaycuquino dijo...

me encanta tu Dolores
si tienes un rato te invito a pasearte por mi blog
http://karmucaycuquino.blogspot.com/
un saludo Maca

Layla dijo...

acabo de descubrir tu blog, pero me quedo. Me gustó la manera de combinar versos cortos y largos y diálogos, es dificil hacerlo sin acabar con el ritmo del texto