12/14/2011

Mala follá

Echó las tetas en la mancebía de la Dominga, entre carnes sueltas, refajos descordados, malos vinos y peores hablas, pero por estar muy encoñada de su propio virgo solo rozó el oficio. Aprendió a pajear usando el envés de las rodillas y de ahí no hubo moro o cristiano que pasara. De mayor, y con mando en plaza en el burdel, adquirió tanta maña y renombre con esa industria —mentada incluso en los púlpitos y casinos de la capital— que no se tiene conocimiento de otra puta que llegase entera a los cuarenta y siete. Se desvirgó ya retirada y metida a monja, por cruzarse una apuesta con una novicia de Cuenca, y porque la verga del tonto del despensero merecía la probatura.




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4 Comentario:

jojoaquin dijo...

siempre grande, me reitero. Un abrazo

la chica de las biscotelas dijo...

uy! me lo apunto!

Bigmouth dijo...

Yo me siento un privilegiado por poder leerte.
Así de claro.
Un fuerte abrazo amigo.

Manuel Marcos dijo...

Vigoroso virgo en la verga el tonto y en el verbo usted. Resabios cervantistas, ejemplares. Te felicito.
Salud