9/12/2012

Al pan, vino, y al vino, pan

Pero asomó mi tía abuela para ponerlo en su sitio. Una negadora profesional de tomo y lomo. Le adjudicaron el pack de atributos al completo: retaca, parlanchina melodiosa, filomatics en el parecer y tan insistente como un vientre suelto. Por pequeñita daba reparo hincharle la cara a hostias, por voz linda no se le podía pisar la palabra, y trincada la presa no se hartaba de desollar y desollar. A galardones de mula le podía a las mismas. Se cuenta que en unas Pascuas que nos vino de visita el Obispo, lo cogió por banda y le hizo dudar de Cristo, lo que representaba ventilarse un jornal de 5.000 duros al año, que ahí estaba la hazaña. Y que a la Consuelo de la tahona, con antepasados rojuelos que se remontaban a Viriato, y que cada noche se trasteaba el coñete con el canto del retrato de la Pasionaria, por devolverle equivocado el cambio de una torta de aceite, en menos de dos semanas, no llegaría a los diez días, la metió a monja de clausura en el convento de las Carmelitas de Villadar.




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6 Comentario:

miss Desastre dijo...

eres tremendo

chatnoir dijo...

Tela, telita, tela... :D

Besos.

Sarco Lange dijo...

Telo, telito, telo.


Voy a bailar...

David Mariné dijo...

qué gustazo Antero.
cuando termino de leerte luego observo a mi alrededor y todo es fiesta.
gracias.

Carolina Badia dijo...

Brutal! clap clap clap clap, ovación y vuelta al ruedo.
Un beso inmenso

Jesús Alcalde dijo...

Las dos orejas y el rabo. Menos es de cárcel.