12/19/2012

El interruptor

Nos encargan a quinientos de nosotros
apadrinar una causa hermosa y justa,
propagarla, arraigarla (tú mismo
escoge del catálogo la que más te ponga)
y en semana y media
la hemos convertido en una soberana gilipollez.
Somos inquisidores con carcajeo enlatado de sitcom.
Fanaticamos porque —en el fondo—
no tenemos ideas.
Solo disponemos de comportamientos.
Y fútbol.
Todo es ellos o nosotros.
Todo es, ¿y tú?, ¿del Federico o del Wyoming?, manifiéstate.

En azuzado pitbull defendemos posturas
dejando bien patente que a nuestra razón
le pendulea la morcilla más larga. Así
adquirimos prestigio, estatuas;
así incrementamos las audiencias, las subvenciones;
así nos quiere la selección natural de nuestra raza,
salvajes y matemáticos.

(¿Quién nos azuzó la risa?
¿Quién nos equivocó tanto?
¿Para qué
servimos
tan equivocados?).

Por favor, que apaguen el interruptor,
que nos demos por culo a oscuras.
Hermanos y enemigos
a oscuras.
No vislumbro otra posibilidad de salvación.




.

6 Comentario:

Le.chatnoir dijo...

Pues a mi si me tienen que dar por culo, prefiero que haya luz! como mínimo sabré por donde me la enguiñan...

Besos.

Manuel Marcos dijo...

Antero, tienes más razón que un santo, si la verdad no es escopeta, y tenemos que andar con medias tintas, que nos endiñen por el carajo y a oscuras.

S. dijo...

Si los poetas fueran políticos habría más exilio que libros de poesía.

Antero, un abrz.

David Mariné dijo...

me temo que el asunto es mucho peor. incluso te veo y te leo generoso.
un abrazo.

Mothman dijo...

Necesitamos más rituales de demolición que fustiguen paradigmas, pero seguiremos siendo animales de costumbres y… como bien dices, no hay salvación posible, ni en la víspera del fin del mundo.
Abrazos

Jesús Alcalde dijo...

Nos han educado tan duro en ser importantes que se nos están muriendo las importancias.