12/27/2012

Guiñar l´ull o Ha nacido una niña en un portal de mi barrio

—Hoy necesito una pila-margarita, una pila-sol que guiñe el ojo,otra pila-cocodrilo en una choza con chimenea y otra pila-pato que vuele y foti una caca.
—Que caigui sobre algú la caca?
—Sobre la vecina del quinto.
—Una altra vegadaaaaa?
—Sí.

Afilas los lapiceros, tiras las mondas a la papelera y te pones a ello. Súperconcentrada. Porque la faena es gansa y hay que currársela.

—Està molt escacharrao l’ordinador avui?
—Sí.
—Trigaré a fer els dibuixos, eh?
—No hay prisa.

Enciendo el porrito tempranero y me suelto la cabeza, que me piense sin tenerme en cuenta. Y como uno es sus fantasmas (esos que los bobos denominan musas) mientras te observo atareada me imagino el momento en que te sepas carne, que te sorprendas las ganas.
(O que las ganas te sorprendan:
tanto desmonta, desmonta tanto).

—La margarida, només margarida?
—No, con cara.
—Però sense descabezarse?
—Ok, con los pétalos.

¿Dónde sucederá? ¿En tu cama? ¿Te calambrarás turbada de rojo desvergüenza en el pupitre del instituto? ¿Quién será la diana de tu atención? ¿Quién te despertará, mi niña? ¿O qué? ¿Un manoseado verso?, ¿una gamberrada?, ¿un cacho de libro?, ¿de película?, ¿tu primer verano tuyo?

—Els cocodrils no em surten bé.
—Ayer, sí.
—Sí, ahir sí.

Y pienso en las caritas que pondrás cuando te corras (arrugarás la nariz, fijo, calcado a cuando rebañas las lentejas de la yaya) y que los volverás locos, locas,
que serás
en una madrugada,
en un portal,
en un coche aún por inventar:
religión;
que por colorear esa carita venderán hasta el hoyo del alma, que arraigarás en su depósito de lo vivido como primavera explotada, como íntimo orgullo, como galardón sudoroso que
pregona
a bramidos,
a deslumbres,
el motivo de una existencia,
logrando —bendita niña— que cuando la muerte toque
sea mero confín,
camarada de viaje
y no enemigo que nos vence.

—El fum de la xemeneia pot caure cap avall?
—Claro.

Y pienso en cómo te aborrecerán las banderas
(elegiste ondear tu carne)
en cómo acojonarás a los que no te amen,
en el terror que sembrarás en sus muchedumbres
apuntaladas por reyes, referéndums,
evangelios de Messi
y otras sequías,
porque tú,
niña,
con un soplido harás palpitar sus fronteras
(¿y en qué se queda una linde que palpita?)
derruirás sus arquitecturas angulosas
y encostradas,
menstruarás sobre sus estatuas fulleras
y descorazonadas,
florecerás en sus Historias cadavéricas
y fantaseadas;
porque a ti,
niña,
mi niña,
mi adorada niña
—por profesar la vida—
te endiosará la tierra.

—Caurà a prop del cocodril però sense fer-li mal.
—¿El qué?
—El fum, el fum.

Y como uno es sus musas
(esas que los loqueros denominan fantasmas)
mientras mato la pava del porro
se me enciende la bombilla
y me repeluzna la sensación
de que
—joder—
quién sabe, quizá
venga cargado de futuro el mañana.

—El sol m’ha sortit chuchurrío —lo recortas con cuidadín y lo introduces en el dvd del ordenador—, però guiña molt bé l’ull.




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9 Comentario:

Mothman dijo...

Un auténtico un guiño a la vida, una preciosidad que dibuja soles y cocodrilos que cobran vida.
Abrazos

Teyalmendras dijo...

Me encanta sentir como los textos originales como este abrazan mi imaginación y me llevan por un rato de aki.

Genial

Saludos almendrados ;)

Le.chatnoir dijo...

jajajajajja real como la vida misma!
Y si, que tontos llamarlas musas... ;)

Besos!

Jesús Alcalde dijo...

Lo tuyo es serio, Antero. Pero que muy serio. Mira que eres bueno, rey.

Jen Salvadó dijo...

Es fantástico, aún leído matando la pava del porro.

Qué grande que es vuestra casa.

Carolina Badia dijo...

Adoro a tu niña, infante de humos que caen, de cocodrilos y soles que guiñan un ojo, me enternece el hombre elucubrando futuros de una niña pronta mujer. Es grandioso ese: buenos dias mundo.
Bravo Antonio, bravo

Manuel Marcos dijo...

...fecundas en la magia de la carne, el viento del pueblo, tus utopías son credo mío también, un abrazo enorme, Antero

David Mariné dijo...

al leerte te me has fumado la poca alegría que conservaba.
la entrada: maravillosa.
fuerte abrazo.

Caroline Blacksmith Bay dijo...

Sr.Antero, cuanta belleza en esa sencilla cotidianidad.
Enhorabuena