La caricia de coño, desde tiempos inmemoriales, vamos, desde que Dios es dios y Satanás diablo, solo ha traído bendiciones y jolgorios al rodar del mundo. El caricoñuelo suele ir acompañado, en su discurrir, de flops y de agüitas de caracol. Los chasquidos de ventosa enmiendan cualquier reúma con el que se topen y los rastros de babas barnizan de gloria bendita, porque el paraíso que no lo propaga un coño cuando se nos monta caracol caracolero, o es mentira, o todavía peor, evangelio. En caso de que se mostrara reticente a espolvorear caricias, no presionarle. Como niña que es, al coño, más que la risa, le atrae dilatar el contento. Paciencia. Que a la meta solo se llega. Y nos ha de durar el viaje. Ya Lauterio de Silos, allá por el quinto siglo, lo dejó dicho:
«si de verdad soy algo, soy tu pasajero».
Recopilación de palabrunas y palabrismos con su debido y escaso pormenor,
que quien lo arrienda todo a una explicación de poco quería enterarse.
Por Martín Pedriches, maestro de poca escuela
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8 Comentario:
como niña que es, al coño, mas que la risa, le atrae dilatar el contento.
qué grande¡
Antero, bailas?
- al oidito te lo pido -
besos.
si de verdad soy algo, soy tu pasajero
lo dicho, tú y tu bendita épica de barrio
maravilloso
pero qué te digo!? que hoy te leí mientras viajaba en colectivo, y ay. ay!
AY!
sos genial
besos
...!!
Besos.
porque el paraíso que no lo propaga un coño cuando se nos monta caracol caracolero, o es mentira, o todavía peor, evangelio.
Brindo por tu cráneo Antero y por todos los Orígenes del Mundo.
Un abrazo
Nada que decir, lo dicho dicho está...en el sepulcro, viejo!
Una genialidad, y ese final, chapou!!
Jajajaja genial!!!
M.
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