9/13/2013

Lo que no comprenderá Steven Spilbegr

El próximo Hitler fuma a escondidas en los pasillos del Pentágono, medra entre la clase política israelita y chanchullea en el seno de la OLP; el próximo Hitler deambula por las salas del Vaticano, mueve hilos en los trasteros de los colectivos feministas, felicita los cumples a los jefones de las plataformas gays, se echa unos hoyos con los monárquicos y unos dominós con los republicanos; el próximo Hitler consulta a Bono la superficie amazónica talada este año, se manifiesta contra la violencia machista, paga su cuota en amnistía internacional y, según qué mes, cena con la disidencia cubana en Miami o grafitea por las calles de La Habana, Socialismo o muerte. El próximo Hitler se doctora en capitalismo en la sede del PC de China, le masajea las rollizas próstatas al consejo de administración del Banco Santander y solloza desconsolado en el entierro de Chávez. El próximo Hitler ondea todas las banderas, entona emocionado todos los himnos y adora todos los dioses. El próximo Hitler es ecologista, socialdemócrata, independentista, postmodernista, hispano, culé, mormón, suizo, musulmán, vegetariano, aficionado a la petanca, etnólogo y de Villadar de Cándanos.

El próximo Hitler está próximo. De hecho, jamás se alejó de nosotros. Y lo más chungo: el próximo Hitler simpatiquea en cada sarao de postín con el Spilbegr de turno doctorado en máscaras horrendas, maquillajes zombiescos y babosos efectos especiales digitalizados.

Qué yuyu.

Los tontos tienden a estropear un mundo que ya venía cascado de fábrica. No les acojona hacer juegos malabares con botellines de nitroglicerina. Por desconocimiento o conocimiento. Por insensatez o minúscula astucia. Así que escúchame con las orejas de par en par, mi querido Sancho, escúchame como nunca. Te lo ruego. Si nos nublan el entendimiento y logran convencernos de que Hitler fue un monstruo de 3 metros de alto, pellejo escamoso, alas de pterodáctilo, fauces draconianas, ojos llameantes y garras a lo Freddy Krueger, nunca reconoceremos al próximo Hitler.




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