Y si probáramos a sonreír.
Nada del otro jueves
que conste.
Simplemente
como si nos matriculáramos en un taller de cerámica y modelaje;
o nos sumáramos a un centro excursionista
—de tedio en tedio—;
o,
no sé,
nos pasáramos por el pabellón de alcohólicos anónimos.
Ojo, solo por constatar la fauna que rula allí.
Por sondear neuras y rarezas
con vistas a esa novela que estamos escribiendo.
Solo por eso.
.
0 Comentario:
Publicar un comentario