5/07/2015

Consultorio radiofónico del licenciado César Poco

Apreciado César Poco:

vuelo y no se sabe. Siempre encarta la mala pata que mis vecinos me miran cuando me pego un porrazo —que de tanto en tanto me los meto, no le engaño— pero cuando planeo hermanado con el viento, a lo águila imperial, que son las más de las veces, resulta que ninguno se fija en mí. Anteayer, sin ir más lejos, me planté en Ponferrada en hora y media, pues bien, nadie cayó en la cuenta. Ni satélites meteorológicos, ni torres de control aéreo, ni excursionistas con prismáticos, nadie. Y luego, en Ponferrada, era fiesta de guardar y estaban todos de romería. Pero a la vuelta, al enfilar el descenso para posarme en la plaza de mi pueblo, descuadré el aleteo y patapum, batacazo frente al casino. Y entonces sí que sí: allí estaban el Perico y el Guzmán que asistieron en primera fila al morrón. «¡Ea, ahí sigue el niño de la Pascuala tirándose de cabeza desde los tejados!, ¡qué ideas, virgencita, qué ideas!», comentaron los malditos.

Estoy triste, señor licenciado.
Muy triste.
Y cogiéndole mucha tirria al mundo.

Me pongo en sus manos.
E.








3 Comentario:

Ficticia dijo...

Qué lástima, tanto talento y nada de público para verlo...
Un beso.

Le.chatnoir dijo...

Vuela gavilán o palomo, vuela!

(Que grande eres!)

Besos!

derramada dijo...

Cuando escribes así me entran ganas de recorrer el ancho de Castilla. Y lo agradezco mucho, últimamente tampoco hay demasiadas ganas de nada.
Beso.