7/25/2015

DELICIAS CARNALES

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De Autógeno. Adalid de la Intropofagia. Hincadle el diente. Mojaréis pan.


CANELONES A LA NEURONA

Ingredientes
- 500 g de cerebro humano.
- 32 láminas de pasta para canelones.
- 1 cebolla grande.
- 1 zanahoria.
- 2 dientes de ajo.
- 1/2 vaso de tomate tamizado.
- 1 cucharada de almendras y nueces trituradas.
- 1 copa generosa de Ribeiro o Albariño.
- 1 cucharadita de nuez moscada molida.
- 6 6 7 granos machacados de pimienta negra.
- 1 ramita de albahaca fresca.
- Queso parmesano rallado.
- 1 ó 2 cucharadas de manteca de niño lechal.
- 1/2 l de leche.
- 1 vaso de caldo de ave.
- 2 cucharadas soperas de harina de trigo.
- Aceite de oliva virgen.
- Sal y la mitad de su cantidad en azúcar.

Elaboración
Hervimos la pasta cuidando de que no se peguen las placas entre sí, sirviéndonos para esta operación de una cacerola de gran tamaño que llenaremos con agua, unas gotas de aceite y una hoja de laurel.

En una sartén se fríe la cebolla, la zanahoria y el ajo, todo ello muy picado. Cuando la cebolla adquiera una tonalidad transparente, añadimos la sesada hasta que se dore, momento en el cual vertemos los frutos secos con el vino y esperamos que reduzca a la mitad. Introducimos entonces el tomate con la sal, el azúcar y las especias. Transcurridos cinco minutos a fuego fuerte, apartamos la sartén y mezclamos homogéneamente su contenido con cuatro cucharadas de bechamel. Si el aspecto de este sofrito no resulta suficientemente uniforme, lo pasaremos por la batidora.

Rellenamos los canelones, los enrollamos (previamente escurridos sobre un paño limpio) y se colocan en una fuente de porcelana o cristal resistente al horno. Una vez hecho esto, los cubrimos con la bechamel restante (si es preciso la pasaremos por el chino para que resulte más suave) y espolvoreamos el queso por toda la superficie. Se meten en el horno (en posición de gratinado) hasta que se tueste ligeramente y dejamos enfriar unos cinco minutos antes de llevar a la mesa.

Para la preparación de la salsa bechamel, ponemos la manteca de niño a derretir con el aceite en una sartén. Después se añade la harina y se remueve con efusión hasta que absorba las grasas. Sin dejar de remover, se añade a poquitos la leche y el caldo de ave evitando que se formen grumos. Cuando hemos incorporado toda la leche se deja dar un hervor a fuego medio hasta que alcance la densidad deseada.

Peculiaridades
El manido refrán que afirma «de lo que se come se cría» posee una base científica nada desdeñable en sus aplicaciones prácticas. Neurotransmisores y otras sustancias de gran valor para la nutrición de la célula nerviosa se acumulan prioritariamente en los tejidos encefálicos, de modo que si queremos incluir estas reservas tonificantes en nuestra dieta, debemos proveernos de un cerebro sano y reciente.

Algunos amigos de extraños gustos sibaritas me han sugerido la posibilidad de suministrar dosis elevadas de alucinógenos y estimulantes al futuro abastecedor del cerebro para que las toxinas se transfieran al organismo del comensal durante la digestión. Este método también podría emplearse para envenenar deliberadamente a un invitado odioso con drogas menos joviales.

Por otra parte, la extracción del seso plantea serias dificultades y arduas polémicas. Mientras unos preconizan abrir el cráneo como si se tratase de un coco a base de golpes recurrentes en la unión del parietal y el occipital, otros prefieren cortar sin ambages el hueso frontal con una radial de tamaño discreto y también hay quienes manejando instrumentos de complicada factura, optan por succionarlo tras haber perforado los tímpanos. La elección depende ahora de su anhelo de escrupulosidad».



Café, copa y puro en EL PESO DEL UNIVERSO.
Buen provecho.

4 Comentario:

P MPilaR dijo...

No se sabe si las puertas hambruneras prevalecerán.
Esta iglesuela dice que no.
Por lo del medio kilo de seso humano. Fin.
Mañana, ni Tour

jonhan dijo...

Y es cierto el manido refrán, hay cerdos por todas partes.

Pero no puedo evitarlo (ayyyy que no puedo): mejor usar pasta precocida. es comodísimo; y la nuez moscada... poquita, menos, y recién rallada, ¡ea!

jordim dijo...

Voy a quedarme más por aquí.

Antero dijo...

Pilar. jonhan, jordim... ñam.