A quien cantonea, por tanto, le pone el camino. Y, en consecuencia, no llega. O llega mal. O a ratos. O a destiempo. Cuando el destino se hartó de taconear disgustado y partió a tirarle los tejos a otros. No obstante, que nadie se lleve a engaño, y si es menester lo mayúsculo como poseído por malos diablos: no se es inútil ni se hace el inútil cantoneando. Pero, ay, tal ángulo del existir —como ya pregonaba Ermías de Nicenas allá por cuando las Grecias y por cuando Cristo— no se te puede explicar si no lo traes de antemano entendido.
Recopilación de palabrunas y palabrismos con su debido y escaso pormenor,
que quien lo arrienda todo a una explicación de poco quería enterarse.
Por Martín Pedriches, maestro de poca escuela
Will Vibes |
1 Comentario:
*en por la tal argucia
-véase la descompoisición del
pala//brazo
can//ton//e//ar-
el resultado da cuatro verbigratias en uno.
y digo más: esto es una variación a la 3ª ascendente:
canturronear
que son los montones de mi pueblo ((justo enfrente ande les llevan a los canES a que desparramen fluidos y sólidos, que luego va la manguirriega del ayuntamiento y lo deja todo como chorros de oro)
y ande se hacen , dicen los entendidos, pajas los perdigachos a la salida del Insti...
ná. tó variantes de juventud. ni divino ni tesoro. lo juro
besos
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