aprenden taekwondo,
adquieren en el mercado negro armas automáticas
y calibres pesados,
consolidan una intendencia,
un escalafón de mando
y se organizan en batallones
(además de detectarse en sus cuentas helvéticas
frecuentes transferencias a corporaciones
suministradoras de tecnología nuclear)
no nos queda otra que enseñarles a ser carnívoros;
inculcarles la predilección por la carne de cordero
y demostrarles,
por las malas o por las peores,
quién
de veras
se encuentra en la cúspide de la cadena alimentaria.
Steve Shapiro |
1 Comentario:
***por el próximo 'disparen'
los corderos muerden esquilando fantasmas.
y así va la cosa
cagüenlasovejasyelpastordespellejado
bss
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