6/07/2016

Amarte en defensa propia

«Tu hambre
que me encarama
a hombre.
Te veo porque los ojos me ciegas»


Este país que linda con nosotros.
Este aire a disgusto en los pulmones
nos mantiene coleantes
a falta de órdenes de desahucio.

Amanece
y se incluye otro ayer en el historial de navegación.

Atareado pulular
en el alud de casualidades diarias.
Riadas de imprevistos amansados
por una programación biológica.

Ay, estabulada casualidad.

La esporádico y fortuito
se piensa en la cumbre de la cadena alimentaria,
imagina adensarse en la sustancia de la roca,
el fuego,
un viento,
de lo que viene siendo y no precisa más reflexión existencial
que otra órbita planetaria.

¿Te das cuenta? Has ido a mear y ya han vuelto mis tontás…

«Tu hambre
que me encarama
a hombre.
Ciégame, por favor».









George Nebieridze

3 Comentario:

miss desastres dijo...

pero qué maravilla

Manuel Marcos dijo...

Antero, un abrazo.

P MPilaR dijo...

Aquí es ya cuando la palabra pierde todo sentido. Inútil añadir más a esta maravilla, Antero

Abrazo