9/27/2016

No pensemos para tener razón

«Somos niños a los que ya nos sabe a poco jugar con pistolas de juguete»

Títulos alternativos:
1.-Yo le doy la razón a todo el que la necesite.
2.- Repartía razones como panes.
3.- Ahí donde lo veis —escuálido, canijo y acobardado— en cuanto que se lo propone, tiene razón.
4.- Aquí, hasta el más bruto fabrica una razón con dos maderas y le marca la hora.
5.- Se midieron el grosor y la longitud de sus razones.
6.- A tener razón no le ganaba un pulso ni Dios.


—Pegar es artesanía. Delicado oficio de orfebre que requiere el experto manejo de sus cómos, sus dóndes, sus cuándos y sus con qués, y que bien llevado a término ha obrado renombrados imposibles: tú entretente unos milenios en sumergir a un gato en el agua y harás del gato pescado. Entre sus industrias más complejas y finas, te informo, muchacho, se encuentra el detectar las líneas: no quedarse en caricia pero tampoco traspasar la UCI. Te cogen miedo, y mal asunto es que te cojan miedo cuando hay convivencia. Al cacique que nos firma la nómina se la suda, él no es del barrio, él ronca en sus chaleses, pero tú has de pasear con ellos. Y cruzar las calles con ellos. Y tomarte tus gin-tonics con ellos. Y que tus hijos jueguen en el equipo de futbito del barrio con los hijos de ellos. Pegar no es solo pegar, muchacho, es que acepten los palos, el aviso, y que comprendan que se lo merecían, que la deuda, o el traspiés, o la falta de respeto, no podía quedar sin escarmiento, que eso perjudica el rodar correcto del mundo y en consecuencia nada de lo bueno se sostiene. A solas siempre, muchacho, sin curiosos, sin familiares en los graderíos, porque cuando se venden entradas cuesta el achante y ante el «qué dirán» asumen el deber de envalentonarse y gallear. Y entérate, pero bien enterado, nosotros somos profesionales, no chulitos que agitan la huevada por los bares. Solo pegamos con la razón. Pegamos desde el conocimiento y las luces. Como cantaban Jarcha, sin ira. No estamos aquí para aterrorizar a nuestras gallinas ponedoras, y que se estresen, y que se les encoja el esfínter o se muden a otro gallinero. ¿Has tomado nota?
—Sí, maestro, ¿huevada se escribe con hache o me lo parece a mí?








Antonio Turok

1 Comentario:

P MPilaR dijo...

de toda la vida, como mejor se te ocurra. Una hache no vale un güevo
*de toda la aún más perra vida: midiendo el grosor de tó lo que no se menee.como verbigratia pensamientear.

*ains, simeridorcia, ñesor!

bss