Un completo a 10 euros en el parque

—Muy buenos días. Usted dirá.
—Buenos días. Pues que tengo un cuñado de esos que lo taladrarías con la minipimer por lo postizo y figurón. No hay comida familiar en la que no mitinee sobre las desigualdades e injusticias endémicas que arruinan esta sociedad. Muy hípster. Muy tralalero. Muy simpaticón de saldo. Muy del barco de Chanquete no nos moverán. Y resulta que el señorito es un renombrado profesional de las casas de apuestas online que ha desarrollado un software para tal menester que le está haciendo de oro todo lo que caga.
—Entiendo. Y me figuro que ese mismo engranaje capitalista que lo enriquece es la diana predilecta de sus encendidas diatribas y peroratas panfletarias.
—Tal cual. Se encarama a cátedra y, hala, a sermonear acerca de la pobreza endémica del tercer mundo mientras cascabelea las llaves de su Audi. ¡Qué desfachatez!
—Sin perdón. Y a pesar de que se deleita con esa y otras ostentaciones, y no encuentra justificado el decoro de disimularlas, la parentela lo tiene por un Gandhi de proporciones bíblicas.
—Sí, señor. En mi familia no estamos muy leídos, y como el tunante infla las palabras con helio y amplifica el porte y la catedrática gesticulación, nos emboba como un feriante charlatanero embobaría a una endogámica tribu del Orinoco. En fin; la incoherencia no será el quinto jinete de la Apocalipsis, pero desconcha la cocina y ennegrece de roña los azulejos. Si se persiguiera y penara su uso y abuso, el mundo no se enderezaría, por supuesto, no me parieron tan iluso, pero recibiría una buena mano de pintura.
—Que falta le hace. ¿Algo más?
—La vecina de siempre, que me gusta más que el colorado de los domingos en el calendario. Si no fuera por verla regar las macetas cada mañana ni me levantaba.
—Hay personas que iluminan lo que el sol.
—En efecto. ¿Cuánto le debo?
—Pues será 5 euros por una crítica encendida, 4 por un devaneo filosófico y… ¿disponía de bono de vecinas, verdad?
—Sí.
—En ese caso los 3 euros del piropeo le salen gratis. 9 euros en total.
—Quédese con el cambio. Que disfrute de un bello día.
—Igualmente.

Bob Mazzer