7/04/2017

Ruinas soleadas

Te odiaremos
—ella y yo—
cojito empapado de lluvia.
Te veremos tambalear la pena en palabras
e irte
al ritmo que los que remolonean la marcha.

Y te odiaremos
por no haber adquirido el moroso automatismo del artesano.
Por figurar.
Por no haber hecho oficio callado del amor.

Te odiaremos
—ella y yo—
sin afinar la maldad, el desprecio
o los ángulos corvos de la humillación;
con el vegetal guiño cómplice
de dos amantes veteranos en Vietnam.

Te odiaremos un pequeño odiar,
amor inválido bajo la lluvia.








Roger Grasa

1 Comentario:

P MPilaR dijo...

Demasiados ángulos corvos
para odiar lo grande
ay, qué del amor no se sepa👏😖