5/28/2018

Atisbo tus tetas entre las sábanas; hechas de no dejarse ver

«Cuánta guerra disparando a matar»

La hora punta se afiló.
Amuelan el cuchillo sus idas y venidas.
La huella irrelevante apresuran.
Más hondo vuelan allí donde la ruina acecha.
Qué remedio. La razón se cuantifica.
El índice de audiencia confecciona abriles.
Y como matemática florecida el número toma la palabra.
Ojo. No me engaño. Ni tampoco me salvo.
Yo también nací previsible. De fácil ingesta.
Yo también compongo mi presión arterial según prescribe el folleto de IKEA.
Yo también confundo un estado de euforia con el amor.
Pero a mi manera.








Bruce LaBruce