Cuando un alemán muere manufacturan otro nuevo.
El tamaño sí importa: ningún Dios asiste sobrecogido a
nuestras cuitas.
El perfeccionista defecaba en borrador.
Si no es gratis, no es felicidad.
Nacionalismo: dejadnos odiar en paz.
Escuchan rap como escudriñaban capiteles románicos nuestros
analfabetos ancestros.
La novela romántica es al amor lo que la masturbación al
sexo.
La crítica fue unánime: Joaquina Unánime Sanz.
Un prejuicio consiste en preguntar a la respuesta.
El torturador le hizo gritar en todos los idiomas del
planeta.
Vendrá la ruina y nos enseñará a no prever la ruina.
Invierta en ruina; en la historia de la Humanidad solo la
ruina ha tenido futuro.
Le dije te quiero al silencio y el silencio me abandonó.
Cuando una bandera ondea practica la ablación genital al
viento.
No me describas la facilidad.
No gastaré una esperanza contigo.
Dios, además, quiere tener razón.
De la vida que no aleccione lo eterno.
Y los hijos se erigieron en enemigos inteligentes.
No es palabra porque la digo, es palabra porque la hago.
Nuestra felicidad nos basta.
¿Qué sabrá el recuerdo? ¿Acaso estuvo allí?
Predispuesto a lo lento, la única velocidad que te atrapa.
Habituado a la cuerda floja el abismo acompaña.
Quien a buen árbol se arrima es botánico.
Dieciocho años y tres poéticas.
Solo un lector aguardará a que otro lector cierre el libro que
lee para presentarse.
¿Quién aclamará a los vaticinadores de apocalipsis cuando
acierten?
Es lo que pide el odio para perpetuarse, que se le razone.
Muy apegado a su tierra, ni en los viajes astrales salía de
Lugo.
Los relojes cubren con sábanas al hombre invisible.
Cuando el número nombra ha acontecido una catástrofe.
¿Canario, periquito, canario, periquito...? El gato desplumaba
la margarita.
Nadie tiene razón como un alemán.
Nadie no tiene razón como un español.
Camarero, póngame un optimismo sin entusiasmo, por favor.
Consolémonos, un mundo perfecto albergaría muchísimos más
expertos en la materia.
Gane quien gane la guerra, será fusilado.
Nunca diga que estas aguas no le ahogarán.
Ese mar con el que los malos poetas aburren y los buenos
defraudan.
¿Nací en...? Por favor, cuánta ansia de protagonismo, a
todos sin excepción nos nacieron.
Se revolvía en la tumba, su epitafio precisaba una fe de
erratas.
Los grandes problemas nos entierran, son los pequeños
problemas los que nos fastidian la vida.
El tonelaje descomunal del beso breve.
De metafísica en metafísica hasta el pedo mentolado.
El mundo de otros lugares.
Miénteme, la verdad es tan inverosímil.
La perfecta geometría conyugal repartió en equitativas
porciones sus infidelidades.
En todo severo estado depresivo el horizonte tiende a
callejón sin salida.
Quién se obstina en tener razón le suele importar un comino
no tenerla.
No hay ética sin clínica estética; el plástico de la
autoayuda reafirma cerebros muy pensados.
Soñarte soñar conmigo.
Luchar por la paz y fornicar en aras de la virginidad.
En España campa a sus anchas ese postureo ideológico idóneo
para fundar cofradías y procesionar. Aquí los que se posicionan contra la pena
de muerte fusilarían sin vacilar a los que se manifiestan a favor de la pena
capital. Si de verdad arraigáramos los principios, sufriríamos un colapso
orgánico masivo.
Parece que sí, pero no; el aforismo extenso tiene mucho de
sexo con exparejas.
Elliot Erwitt |
0 Comentario:
Publicar un comentario