1/17/2024

Siempre habrá un bar tempranero que nos condene

El bullicio salado condensa el humo
a telaraña. Patalean las cavilaciones,
las jergas, como desquiciados ímpetus,
para manifestarse vivas y apetecibles.
Y ocurre.
Todos somos el mismo organismo predispuesto al habla.
En el bar.
Las miradas embestidas que desvirgan pasados
y evalúan porcentajes. La carcajada sumarísima
y la fundación sacrosanta de un enojo,
tirantez que expresa que algo se quebró
o lo hará en los siguientes 2 o 3 bares.
La amistad no particularmente humana,
entre bestia y algoritmo todavía no caído
en desgracia. La goteada vertiente carnívora
del vaso: ¿rocío, lágrimas o cursilada?
La gloria de un sexo mitificado por incomparecencia.
Intimidades soleadas.
Abismos ornamentales.
Entresijos al mejor postor.
... tal vez algún espejismo honrado.
Runrún de fondo probatorio
de que los cuerpos se hicieron palabra.





1 Comentario:

Erik dijo...

De eso e iglesias aquí.

Un monton.